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IVÁN ÁLVAREZ
GIJÓN.
Domingo, 13 de agosto 2017, 03:40
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Encargado de liderar desde el banquillo a un equipo que sembró la ilusión entre la afición sportinguista con un ascenso que rompió los pronósticos, el legado de Abelardo en El Molinón se difumina. Meses después de finalizar su etapa en el club, las huellas del técnico gijonés en la plantilla rojiblanca se diluyen con las salidas de la mayoría de sus jóvenes apuestas.
Un éxodo al que se sumarán de manera inminente Dani Ndi y Rachid, dos de los jóvenes en los que el 'Pitu' albergaba más esperanzas a largo plazo. Sin el abrigo de su gran valedor, ambos negocian con la entidad sportinguista para escribir otro capítulo de sus trayectorias deportivas, notablemente influenciadas por el excentral, quien pulió primero sus condiciones en el filial y recurrió a ellos para afrontar su primera temporada desde la jornada inicial en el banquillo en Segunda División.
La velocidad de vértigo a la que transcurren las idas y venidas en el fútbol actual se ha plasmado en los últimos meses en el seno del Sporting, que ha mudado su columna vertebral, en la que solo permanece Sergio Álvarez de la temporada en la que se logró el ascenso a Primera. Los integrantes del denominado 'Sporting de los guajes' han ido dejando paulatinamente El Molinón y el esperanzador futuro que insinuaba ese conjunto por su juventud no cristalizó, dinamitado primero por una remodelación en el mercado fallida y después por un descenso que ha fomentado un nuevo reinicio.
Cuando la pareja de jóvenes centrocampistas africanos dejen el club este verano, solo quedarán media docena de futbolistas que participaron en el salto a la élite del fútbol nacional. Reflejo de una metamorfosis que ha devorado la impronta de Abelardo, con la despedida de varios de los líderes del equipo y el estancamiento de quienes estaban destinados a poder tomar su testigo a orillas del Piles. La confianza de Abelardo en Dani Ndi, protagonista de una burbujeante puesta en escena durante los primeros meses de su bautismo en Segunda, le llevó a perdonarle su espantada tras una convocatoria con la selección camerunesa. Una fe en sus posibilidades que no fue suficiente para evitar que el mediapunta africano mostrase un rendimiento decreciente en la primera plantilla rojiblanca, condicionado también por los infortunios físicos que le han acompañado con asiduidad.
El camerunés fue uno de los descartes en la convocatoria de Paco Herrera para el último ensayo antes del estreno liguero, en el que tampoco estuvo Rachid, que no entra en los planes del veterano técnico barcelonés.
El francoargelino, que no ha alcanzado la veintena de apariciones en el once inicial en las dos últimas campañas, se fue a préstamo a Tenerife en los últimos compases del mercado invernal en un intento de relanzar su trayectoria, pero en el conjunto 'chicharrero' no disfrutó de la confianza que le otorgaba Abelardo durante la campaña de su estreno en la categoría de plata, en la que llegó a confiarle la manija del equipo ante la ausencia por lesión de Nacho Cases.
Atrás quedaron esos tiempos y ahora busca una salida, aunque de forma diametralmente opuesta a la completada por Meré. El zaguero ovetense, otro de los debutantes a las órdenes de Abelardo, dejó Mareo tras una millonaria venta como último exponente del éxodo rojiblanco. Solo Pablo Pérez y Carlos Castro romperán este curso la orfandad en la plantilla rojiblanca de las grandes apuestas del técnico gijonés.
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