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Paco Herrera, ayer, pensativo durante la primera sesión de la semana para el Sporting.

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Paco Herrera, ayer, pensativo durante la primera sesión de la semana para el Sporting. ARNALDO GARCÍA
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Sporting | La pesadumbre de Paco Herrera

El entrenador rumia en silencio el mal momento del Sporting tras la derrota frente al Cádiz | El técnico catalán, afectado por el último resultado, se muestra reflexivo, solitario y taciturno en la vuelta al trabajo del equipo

JAVIER BARRIO

GIJÓN.

Martes, 21 de noviembre 2017, 00:58

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Los que más le conocen aprecian un Paco Herrera más triste y preocupado que de costumbre en estas dos últimas semanas del calendario, que han dejado huella y malhumor en la atmósfera sportinguista por el desinfle clasificatorio del proyecto, pero al mismo tiempo insisten con fe ciega en que el exfutbolista del Sporting terminará por encontrar una salida a esta crisis que ha afeado el ambiente. «Siempre lo he hecho», ha asegurado él mismo en más de una ocasión en rueda de prensa.

Al entrenador catalán, que le pesa más que nunca el componente sentimental que le trajo hasta Gijón este verano, se le vio ayer mayoritariamente solitario y taciturno en la vuelta al trabajo del Sporting. No fue un despertar agradable, con el agrio rugido final de El Molinón reproduciéndose en el oído. Prácticamente se dedicó a observar y meditar, salvo por alguna charla individual, como la que mantuvo con Carmona, que apenas se dejó ver en el verde por una contusión en su tobillo derecho. La procesión, como se suele decir, iba agarrada a su interior, dibujada externamente en su rostro y en sus brazos cruzados a la espalda, con la mirada clavada en el césped. Simbología de reflexión. Porque, por lo demás, de palabras anduvo escaso.

En plena tormenta, no obstante, Herrera se ha manifestado dispuesto a dar mucha guerra con este Sporting, sobre todo con el tramo amplio que todavía resta de calendario, aunque reconoce en el equipo, cada vez con un matiz más marcado de preocupación, anomalías que requieren la adopción de medidas en el corto plazo, que corren de su cuenta, buscando un impulso posterior en el mercado de invierno. Pero entre medias, lo más complicado, sobrevivir sin Sergio Álvarez, cuya pérdida ha desorientado por completo al Sporting, que compareció asustado a sus dos últimas citas.

No será fácil remediar esto. Álex López, una posible solución, no estará de regreso hasta la vuelta de las vacaciones de Navidad por un problema del nervio ciático que se ha ido complicando. El entrenador, por otra parte, todavía no observa a Nacho Méndez y Pedro Díaz con la madurez suficiente como para influir en una situación colectiva compleja. Otra posibilidad, que piensa con más detenimiento después de lo sucedido el domingo, es la de Rachid.

Es evidente que el equipo no juega como el técnico y Ángel Rodríguez habían proyectado en el verano, dibujando en un primer boceto un equipo rápido, con fútbol interior y, sobre todo, exterior, desequilibrante en los últimos metros. Sí ha mostrado pegada este Sporting y calidad en momentos puntuales. También flacidez, una tendencia acusada a la involución en los partidos y ausencia de carácter para reflotar sus posibilidades en las jornadas que se tuercen. Preocupa y mucho esa falta de personalidad del grupo, que se ha mostrado inmaduro en competición.

Sin dudas de su capacidad

Con todo, el Sporting tiene la imperiosa necesidad de volver a ganar cuanto antes y Herrera, que ya lideró dos ascensos en el pasado y sobrepasa los quinientos partidos como profesional, de encontrar la fórmula para ello tras un mal ejercicio en el que solo ha embolsado una victoria en seis partidos. No hay dudas en el club sobre la capacidad del preparador, un fichaje que suscitó ilusión en el sportinguismo, al igual que el de Miguel Torrecilla, pero que se encuentra en un momento bajo dentro de una temporada de magna exigencia y en la que El Molinón, por otra parte, ha manifestado un paladar más exquisito que en los últimos años.

El ascenso directo, en todo caso, se mantiene a tres puntos, con la necesidad de volver a erguirse el fin de semana en el reencuentro con Nico Rodríguez, con el que Herrera tiene su historia.

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