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Sporting

Sporting | Huérfano de ideas

El conjunto gijonés, sin opciones de puntuar en ningún momento, sale goleado de Los Pajaritos por el Numancia en un partido para olvidar | El equipo, con demasiados cambios en el once, se mostró muy tierno en defensa e inofensivo en ataque

Javier Barrio

Gijón

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Domingo, 17 de septiembre 2017, 03:21

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Disecó el Numancia al Sporting en Los Pajaritos, que castigó con severidad el día de desconexión que se concedieron los rojiblancos, desconocidos en defensa y apocados en ataque. Tres guantazos, sin discusión, se llevó la cuadrilla de Paco Herrera en ambos carrillos. Y pudo ser peor porque el equipo pareció siempre un rival sometido, tierno, huérfano de ideas y paralizado en el invierno anticipado de Soria, desguazado en todos los frentes y perdedor en todas las batallas que planteó la tarde. Si fue malo el primer acto, resultó de narración similar el segundo, finalizado con una expulsión infantil de Carlos Castro. Peor imposible. Deja herida la contienda, que requiere una sutura rápida y un estudio detallado de lo sucedido.

Tras cuatro prometedoras jornadas, un remozado Sporting hincó la rodilla. Lo hizo de malos modos, gripándole el motor y perdiendo parte del crédito que se había granjeado en la categoría. Se reconoció perdedor desde el primer cuarto de hora. Nunca tuvo opciones reales de salir airoso, ni de merecer el empate. Ayer manifestó como debilidades lo que antes habían sido sus fortalezas; su tierno sistema defensivo fue una invitación constante a las escaramuzas rivales y su dentadura se presentó mellada. Perdió fiabilidad el equipo de Herrera, con demasiadas caras nuevas –extrañó especialmente la falta de minutos de Stefan– y una imagen que fue más dañina que el resultado.

El partido fue áspero y tosco en su origen. Aunque el sportinguismo estaba en todo lo alto, el congelador de Los Pajaritos destempló por completo al equipo de Paco Herrera. Buscó chicha el técnico, que intuía un partido inclemente, dando bola a Michael Santos en ataque, con Viguera empujado a la izquierda. Bergantiños completó el plan renove, sumándose a Quintero y Whalley, forzados recambios por el parte médico. Pero el plan naufragó desde el primer párrafo. Su equipo cedió la pelota al Numancia, aparentemente incómodo protagonista, indigestado con la posesión al comienzo. Hasta que se entonó. Y no tardó en hacerlo y en morder.

Numancia

Aitor, Ripa (Guillermo. M, 84), Dani Calvo, I. Pérez, Escassi, Milla (Dani Nieto. M, 75), Medina, Valcarce (Nacho. M, 80), Diamanka, Mateu y Manu

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Sporting

Whalley, Calavera, Quintero, Barba, Canella, Bergantiños (Álex López. M, 45), Carmona (Pablo Pérez. M, 73), Sergio, Rubén, Viguera (Carlos Castro. M, 70) y Santos.

  • Goles 1-0: M, 13. Valcarce. 2-0: M, 31. Escassi. 3-0: M, 67. Valcarce.

  • Árbitro Arcediano Monescillo. Amonestó a Escassi por parte del Numancia y Santos en el Sporting. Vio roja directa Carlos Castro

  • Incidencias Partido disputado en Los Pajaritos

El Numancia encendió pronto el interruptor sacando los colores a la defensa del Sporting, bien ponderada hasta ayer, un día en el que exhibió flacidez a lo largo y ancho del partido. Fue en una acción de Valcarce, que recibió y se giró dentro del área, dando las luces a Mariño. Luego ajustó el balón con la derecha y Whalley maldijo su primer gol como rojiblanco en competición oficial. Se apreció una mano de Íñigo Pérez en la acción, sí, pero la candidez defensiva fue tan exagerada como inesperada. Cimbreó y arrastró la resaca el equipo rojiblanco, intermitente y con tiritona.

No hubo noticias de los muchachos de Herrera hasta que Santos, nervioso, se rebeló contra el guión que presentaba la tarde y olisqueó un balón largo. En la línea de fondo, sin demasiadas opciones, se la jugó a lo que saliera y su centro-chut terminó en la otra banda. Luego irrumpió otra vez el Numancia con el mazo y volvió a vencer a Whalley tras un córner, sofocado en primera instancia, que devolvió, cerrado, al área gijonesa Íñigo Pérez. Whalley, sorprendido, despejó de forma mansa y Escassi remachó a gol.

Al segundo guantazo, el Sporting abrió los ojos. Se entonó tímidamente y dio alguna señal de vida. Coincidió ese pequeño repunte con el desplazamiento de Santos a la derecha y de Viguera al centro. Fue el uruguayo, precisamente, el que rozó un envío de Canella, en una jugada a quemarropa frente a Aitor. Y, a renglón seguido, Viguera se giró y probó los guantes del portero local. Cierto es, también, que con su desesperada ofensiva dejó un peligroso aire a su espalda. Y Peré Milla falló la sentencia cuando ya se relamía con el tercero en el segundo palo.

Más aliño al juego

Puso Herrera algo más de aliño al juego con Álex López, que, junto a Carmona, cargó sobre sus espaldas la construcción del fútbol del Sporting en la segunda mitad. En el retrovisor de ambos quedó Sergio, incrustado por delante de la defensa, sacrificado un gris Bergantiños. Pedía más, en todo caso, el partido y el resultado. Porque el Numancia, con viento a favor, se lo tomaba con calma.

De esa guisa tuvo algo más de brío el Sporting, sobre todo con Álex López, de pensamiento rápido y pie ágil, pero siempre obtuso y sin continuidad el equipo. Los gijoneses empezaron a rondar por los dominios de Aitor con un centro de Calavera que conectó, forzado, Borja Viguera. Y Carmona puso algo más de chicha con la ejecución de un golpe franco que atrapó Aitor.

El que enseñó de nuevo el diente, sin embargo, fue el Numancia, que respondía con munición de real. Una colada de Mateo terminó en los pies de Valcarce, que superó a Whalley con un toque sutil. Entraron Pablo Pérez y Castro, sin influencia, y el partido se marchitó de la peor forma. Con la grada de Los Pajaritos coreando una larga posesión de su equipo y el Sporting desnudando su desquicie en una patada de Castro.

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