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J. B.
GIJÓN.
Jueves, 4 de enero 2018, 01:21
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Álex Bergantiños asumió ayer la obligatoriedad de encandilar a El Molinón con fútbol y, sobre todo, orden. Sobre estas dos vigas maestras pivotaron los dos primeros entrenamientos de la semana. «Por ansiedad o desorden, o no entender bien los conceptos, parecemos a veces un equipo atropellado, que pierde rápido el balón, no recupera como debe, no domina el juego en casa y eso genera inseguridad a la afición», reconoció el centrocampista gallego, quien condensó su sensación señalando que «la gente viene con esa desconfianza de qué se va a encontrar en El Molinón y eso lo tenemos que cambiar».
Esta es una de las grandes obsesiones de Rubén Baraja, quien persigue un espectáculo más controlado y un rendimiento estable, sin fisuras en la construcción de la ofensiva. «Estamos trabajando sobre todo esos mecanismos a la hora de atacar porque quizá el equipo se desordenaba demasiado».
Preguntado por el partido del sábado, Bergantiños concluyó que «es fundamental empezar con victoria», asumiendo que «sabemos que no hemos hecho una primera parte de campeonato como nos gustaría y tenemos un déficit de puntos con nuestro objetivo». En ese camino, el centrocampista se amarró al cortoplacismo y señaló sobre la cadena de dos partidos en El Molinón, en este arranque de 2018, que «el objetivo es ganar en casa siempre y, si hacemos los seis puntos, sería perfecto, pero las cuentas son las del día a día». También valoró la vuelta de Sergio: «Es un jugador fundamental para el equipo y está claro que su baja fue importante para nosotros».
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