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El exfutbolista Mate Bilic, ayer, en el vestuario local de El Molinón, donde estuvo seis temporadas y media. AURELIO FLÓREZ
Sporting | Mate Bilic: «La eliminación en el 'play off' tiene que ser una lección para el futuro»

Mate Bilic: «La eliminación en el 'play off' tiene que ser una lección para el futuro»

Mate Bilic. Exfutbolista del Sporting ·

«Siempre he creído que el Sporting es un club con capacidad para volver a Europa. Tarde o temprano lo hará»

JAVIER BARRIO

GIJÓN.

Sábado, 7 de julio 2018, 02:05

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Se mueve por las callejuelas interiores de El Molinón como nadie. «En el vestuario no entraba desde que me fui», reconoce Mate Bilic (Split, 1980), uno de los grandes iconos del Sporting en la última década, escudriñando cada palmo de terreno para ver si detecta algo diferente. «Aquí me cambiaba», dice, apuntando a la taquilla de Carlos Castro. Siempre el '9'. Toca 'La Santina' y se santigua. El verano le ha traído de vuelta a Gijón. Conserva el físico de jugador. Le paran en la calle. Está en casa.

-¿Qué le dicen por la calle?

-Muchas cosas. El otro día me paró un señor, muy amable, para preguntarme que si había fichado por el Sporting. ¡Me dijo que se alegraba mucho! (isas). Ya le dije que ya no jugaba. Otros me dan las gracias. De todo, pero siempre cariño. Ahora estoy en otra época. Me dedico a mi familia, a trabajar, a ver fútbol.

-¿Qué herida le quedó con el Sporting sin cicatrizar?

-Jugar con el Sporting en la UEFA. Siempre he creído que este es un club con capacidad para ello. Tarde o temprano, y llevo diez años diciéndolo, volverá a Europa. Me habría gustado que me tocara, pero las circunstancias entonces eran otras por el tema económico. Creo que volverá a hacerlo dentro de un tiempo.

-¿Se ve regresando?

-Ya vuelvo de vacaciones (risas). No sé qué pasará mañana. Gijón es mi ciudad, donde he jugado y disfrutado. Quién sabe. Lo que tengo claro es que, sea donde sea, aquí o en otro sitio, hay que estar preparado.

-Solo le queda Canella.

-Es el último. Nuestra generación hizo cosas bonitas, pero hay que confiar en la gente que está ahora para que devuelva al Sporting a Primera.

-¿Por qué fue tan especial su generación?

-No sé. Son épocas distintas. Antes igual había más cercanía con todo. La vida ha cambiado mucho. Parecía que no podíamos con muchas situaciones o que no éramos los mejores, pero siempre íbamos al límite. De aquella no había 'Twitter', ni 'Instagram', ni cosas de estas. El club era más inestable. Ahora todo está más estabilizado. No se puede comparar, ni quiero. Solo que la gente de hoy disfrute.

-¿Vio mucho al Sporting el año pasado?

-De los 44 partidos, vería 38. Fue muy irregular. Tuvo un mal comienzo, pero despertó con la llegada de Baraja. Al final le faltó más convicción y suerte. Subió el Valladolid, el que tenía más frescura en el 'play off' y el mejor en ese momento. Tiene que ser una lección de futuro y el Sporting aprenderá de ello. Este año será muy difícil con tanto histórico, pero sigue siendo un candidato claro. Hay que intentar colarse entre los seis primeros y no meterse presión con el primer puesto. El Valladolid subió así, de tapado. La gente tiene que saberlo. Esto dura 42 jornadas y no se asciende el primer día. Hay que tener mucha paciencia.

-¿Usted también piensa que al Sporting le faltó carácter?

-El Sporting tenía un buen equipo, pero en el 'play off' se tenía que haber comido al Valladolid. Era la oportunidad. Es cierto que el Valladolid metió tres goles rápidos en el primer partido. Eso no se debió permitir. Hay que ir al límite en esos momentos. En nuestra época, si nos teníamos que pelear en el vestuario para resolver algo, lo hacíamos, porque sabíamos que eran cuatro partidos que nos daban la vida. No sé si será una cosa de carácter. No estoy metido dentro, pero también la remontada que hicieron tuvo mucho mérito.

-¿Qué pálpito le da Baraja?

-Un buen entrenador, joven y que despertó al equipo. Ahora va a tener una pretemporada para preparar el proyecto y hacer las cosas bien. Hay que dejarle tranquilo.

-¿Y Miguel Torrecilla?

-Hizo un buen grupo la pasada temporada, pero ya sabe cómo es la Segunda. Tuvo muchos éxitos en Vigo y este año seguro que acertará con los fichajes. El Sporting está en buenas manos. Los éxitos no se ven en un año. Se necesita tiempo. Es un profesional con mucho recorrido y conocimiento del mercado.

-¿Hacía cuánto que no pisaba El Molinón?

-Vine un par de veces con el crío cuando estaba Alejo (Caso). Siempre es una alegría. El corazón me late diferente cuando estoy en el túnel de vestuarios. Mis mayores éxitos los conseguí aquí. Hasta cuando las cosas estaban muy mal, siempre me apetecía salir a este campo y pelear. Es especial. Ahora, con el calentón del Mundial, siempre digo: '¡si tuviera cinco minutos solo para salir a fajarme con los defensas y provocar algo!'. Luego, en frío, eso disminuye. Es un estadio precioso. De Primera. Uno de los mejores de España.

-¿Tenía una portería favorita?

-La del Fondo Sur. Atacando hacia ella me sentía mucho mejor. Parecía que la gente empujaba los centros, que entraba todo. Tampoco se me daba mal la otra, ¡eh!

-¿Y su ritual?

-Besar 'La Santina' y santiguarme. Ese era mi ritual. Y luego, a jugar con pasión. Yo siempre quería pelear, luchar, ganar. Quería chocar, crear polémica. Eso se echa de menos en el fútbol de ahora. Hay mucho toque y la técnica es importantísima, por supuesto, pero falta más pasión.

-¿Más Uruguay?

-Más Croacia (risas). ¡A ver si llegamos a la final! Somos cuatro millones de personas, pero estamos en los cuartos. A ver si podemos llegar.

-¿Cuál es el secreto del fútbol croata?

-No tenemos nada y lo queremos todo. Peleamos, luchamos y no respetamos a nadie en el campo. A veces somos inferiores, pero siempre creemos que somos mejores. Ese es el espíritu de esta generación que lidera Luka (Modric). Croacia no teme a nadie. Los rivales la respetan. Tenemos todo el derecho a pensar en que podemos ganar este Mundial.

-¿Su mejor gol?

-El que me lanzó fue uno contra el Mallorca, jugando en el Hajduk. Leo Franco estaba de portero. Y, por supuesto, el del Granada 74. La gente siempre me lo recuerda.

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