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JAVIER BARRIO
GIJÓN.
Domingo, 20 de mayo 2018, 02:08
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«No es momento de lamentos, ni de bajar los brazos. Al revés. En estos momentos de dificultad es cuando se ven a los hombres y a los equipos». Rubén Baraja, firmante de esta reivindicativa sentencia en la depresión del Heliodoro, tiene una tarea sensible estos días. Una labor tan delicada como necesaria y definitiva. Disgustados y apocados, sus futbolistas abandonaron Tenerife tocados en su orgullo, viéndose sin pulso para el ascenso directo a falta de dos jornadas. Las palabras de Roberto Canella y el llanto de Jordi Calavera, anudado en el gol local, resultaron sintomáticos. Evidenciaron la dureza del martillazo del serbio Malbasic.
Aunque no tendrá mucho tiempo el Sporting para flagelarse. Ni puede, ni debe permitírselo. Ahora el plan de ruta pasa fundamentalmente por revisar los daños. Recomponer la mentalidad ganadora del grupo a velocidad de vértigo y, a partir de ahí, recobrar la fiabilidad de un equipo que llegó a remontar 16 puntos al Huesca. Pese a que la matemática no ha dictado sentencia aún, aguardando al turno de expresión del Rayo y el Huesca, casi todo el mundo en Mareo tiene asumido que el Sporting deberá pasar por la tortura del 'play off'. Y ahí, con la mala experiencia de la temporada 2013-2014 muy presente -un mal despeje de Cuéllar en la ida condicionó mucho la eliminatoria ante Las Palmas-, es indispensable pelotear con calculadora. Con frialdad y seguridad. Como acostumbraba a jugar este equipo hasta el bache.
Baraja pondrá el acento estos días en las fortalezas de sus futbolistas, que ayer por la tarde regresaron a Mareo para completar una sesión de evidente bajón, de poca charla y mucho rostro serio. Sin ser bueno, el encuentro frente al Tenerife no tuvo nada que ver con el trompazo de hace una semana ante el Barcelona B. Sobre todo en la primera parte, el Sporting fue poco concesivo en defensa y tuvo el partido en su mano. Faltó colmillo, eso sí, perdonando la vida al Tenerife demasiadas veces. Luego, en la segunda mitad, las prisas, los riesgos, los espacios y las desconexiones propiciaron un espectáculo más abierto. Y ahí triunfó el Tenerife.
Antes de llegar al frenético punto del 'play off', que requerirá de la mejor versión de El Molinón -la fiereza de La Romareda, por ejemplo, está marcando la diferencia en muchos de los partidos del Zaragoza-, el objetivo número uno de Baraja es defender con uñas y dientes esa situación que ahora mismo ostenta su equipo en las alturas: la medalla de bronce, justo detrás del Rayo y el Huesca. Si logra atornillarse tercero, el técnico tiene claro que el Sporting saldrá con una ligera ventaja a competir a las eliminatorias por el ascenso. «Tenemos que tratar de levantarnos y pensar ya en esa tercera plaza», urgió el viernes.
Como punto de partida no sería una baza definitiva, pero podría llegar a serlo. Si se mantiene el estado clasificatorio actual, sin alteraciones, la vuelta de las dos eliminatorias se disputará siempre en El Molinón, de fin de semana, iniciándose este formato de competición el próximo miércoles 6 de junio. Y ante cualquier situación de empate sobrepasado el umbral de la prórroga sin noticias, pasará el mejor clasificado en el curso regular. No habrá penaltis.
Con la clasificación de ayer, el primer rival del Sporting sería el Zaragoza, pero este todavía no ha jugado. Hasta seis equipos, incluido el Oviedo, litigan por esos tres puestos que siguen al que ocupa la cuadrilla de Baraja. Imaginar el nombre del sexto clasificado resulta un enigma en este momento. Lo que parece más claro es que el Cádiz y el Zaragoza, que juegan hoy, se postulan como las grandes competencias al tercer puesto, sobre todo si suman este domingo los tres puntos. Si no lo hacen, los rojiblancos podrán tranquilizarse en la última jornada si cosechan una victoria ante el Granada.
El 'play off', que se disputa de miércoles y sábado -tercer y sexto clasificado- y de jueves y domingo -cuarto y quinto- obliga a realizar un soberbio ejercicio de cálculo, precisión y solvencia. Y a esta partida de ajedrez no llega el Sporting en su mejor momento. El saldo de los tres últimos partidos, con tres derrotas y seis goles en contra, no puede ser más negativo en un proyecto que hace bien poco marcaba tendencia por su fiabilidad defensiva. Hay preocupación por el apagón de algunos futbolistas, como Sergio, Jordi Calavera e incluso Jony, aunque, a cuentagotas, siga marcando la diferencia. Hasta Santos, desenfocado en el Heliodoro, parece fatigado.
Si se garantiza el tercer puesto ante el Granada, Baraja podría aprovechar la última jornada en Córdoba para refrescar las piernas de algunos de estos futbolistas. Porque, unos días después de que baje el telón de la temporada, el equipo se encarará con el 'play off'. No habrá vuelta atrás. Dos semanas de partidos. Sin tregua, ni perdón.
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